Nueva Exposición Colectiva en Vitoria, sala Araba, de la Fundación Vital
- Iñaki Abalia
- 14 feb 2019
- 4 Min. de lectura
Desde el pasado 12 de febrero, y hasta el 8 de marzo, se puede ver otra muestra de trabajos realizados por los alumnos del Master de Pintura de la facultad de Bellas Artes de la UPV.
En la nueva sala Araba que la Fundación Vital ha habilitado en la calle Postas 13-15, junto a la Plaza de los Fueros.


A continuación, el texto que redacté como base para la nota de prensa que publicó la Fundación Vital, https://www.fundacionvital.eus/exposicion-destellos
y el Diario de Noticias de Alava, https://www.noticiasdealava.eus/2019/02/13/ocio-y-cultura/cultura/el-alumnado-del-master-de-pintura-de-la-upv-vuelve-a-la-sala-araba:
Bajo el título “Destellos” el colectivo de alumnos del Máster de Pintura de la Facultad de Bellas Artes de la UPV-EHU (promoción 2018-2019) presentan una serie de obras que constituyen unos hitos significativos de su proceso de maduración iniciado en septiembre 2018; no son el trabajo final, pero sí piezas del mismo, mejor dicho, elementos de un proceso de profundización que el Máster propicia y cuya dinámica permite que avanzar y profundizar en el mundo de la pintura sea posible para todos, cada uno dentro de una línea elegida libremente de acuerdo a su visión e intereses. Lo que se presenta aquí son destellos de las pequeñas galaxias en construcción.
Así, por ejemplo, Susana Diez descubre cómo la naturaleza nos ofrece pequeños encuentros, unas veces buscados y otras azarosos, que traslada con delicadeza al lienzo; Pedro Alonso, para quien la montaña palentina ha ejercido una gran influencia en su pintura: su luz, sus colores, los sentimientos que le embargan, ha intentado reflejarlos en su obra.
Marta Ubierna, centrada en su trabajo “Utopía” que pertenece a una serie onírica y surrealista, representando una convivencia armónica entre colores, formas, modas y religiones. Llena de dualismos, de seres vivos y elementos arquitectónicos en diversas direcciones…así como individuos con dos caras, representando las diferentes personalidades que puede esconder cada ser.
Marina Massidda trata de romper jerarquías del espacio y de ordenar el caos construyendo con planos de color una temática que evoca la presencia humana. La escala invita al espectador a ser un protagonista en el escenario de la composición.
La obra de Ane Campos, a pesar de presentarse como un elemento inmutable, sugiere el proceso cambiante, dinámico y espontáneo de su proceso.
En Manolo Mesa, se revela la conexión y el significado intrínseco de los objetos cotidianos en su relación con el espacio.
Jennifer Alonso, cuyo trabajo responde a una deriva a través del medio rural, una experiencia estética, una búsqueda de aquellos dibujos que se configuran en el paisaje a partir de las necesidades del ser humano en convivencia con la naturaleza.
Loli Martínez, que presenta grupos de mujeres con caracteres distorsionados, cierta dosis de artificialidad y melancolía.
Xabier Goikoetxea busca un relámpago que lo atraviese todo, que la imagen se haga radiográfica, que se vea en ella lo más simple. Una luz desde el interior, un incendio en la obra, donde la forma alcanza su mayor grado de luminosidad.
La pintura de Irene Carmona centra su interés formal en la figura humana femenina, tratando de evocar a través de ésta connotaciones relacionadas con la sensualidad, el movimiento y la soledad; sirviendo al mismo tiempo como excusa para trabajar el color y la luz en sí mismos, exentos de cualquier anécdota desvinculada de la impronta propia de la pintura.
Iñaki Abalia presenta una obra de tipo constructivo, pero envuelta en un aire ambiguo en el que una figura central tumbada en primer plano a modo de sarcófago deja entrever una mezcla de paisajes troceados a modo de un puzzle con diferentes elementos que se extienden al fondo. Figura y fondo compactados e incomunicados.
Maider Santos presenta un sutil paisaje en el que prevalece una mirada llena de poesía.
Jon López-Aróstegui, que investiga con materiales diversos en continua acumulación / destrucción / movimiento creando una lógica visual impactante.
Endika Ruiz, nos explica que las cosas que pinta germinan del interés por la materialización de formas en un espacio. Fluyen por corrientes temporales de color. Un mundo en eterno movimiento. Sin pausa. Avanzan, ya sea hacia adelante o hacia atrás, viajando por un camino eterno lleno de disfrute. Un cuerpo que presenta principios plásticos de incertidumbre dentro de su creación.
Santiago Castro, presenta unas pinturas alegóricas de la mitología del rock; luz, color y atmósfera.
Javier Moure trata con su trabajo de recrear el caos, el de la creación pictórica, el de la narración, el caos emocional, el absurdo político y social que nos envuelve hasta hacer que un niño flote muerto en el Mediterráneo. El resultado, imágenes desagradables, relatos de un mundo incómodo que se revelan válidos cuando surge la pintura acompañando, reforzando e imponiéndose al relato.
Por último, la pintura de Asier Martís es un ritual entre representante, representación y representado. Figuras que se comunican con las pinceladas a base de susurros transitorios que vienen y van en el trance ritualesco que es la pintura en sí.
El arte contemporáneo se caracteriza por la ausencia de movimientos claramente definidos. Ahora coexisten toda clase de estilos, técnicas y temáticas. Esta exposición es una pequeña muestra de dicha variedad, centrada en la pintura como la entendemos nosotros, cada uno desde su particular mirada, alumnos del Máster de Pintura de la UPV-EHU.
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